Muchos clientes entran en nuestra oficina preguntando por el precio que deberían poner cuando quieren vender una vivienda. La mayoría sigue y entiende las cifras del mercado inmobiliario, pero una pequeña parte aún exclama frases de sorpresa, he incluso sorprendentes, como ya ha recogido César Villasante en su blog.
A esta pequeña parte le volvemos a mostrar las cifras, porque la realidad está ahí y es clara: el precio de los pisos ha bajado. Y si se quiere vender, hay que poner la vivienda en su precio de mercado. Porque “lo que está en precio, se vende”. Como explica esta infografía de Fotocasa: los lugares donde más viviendas se venden son aquellos donde más han bajado los precios.
Los motivos del descenso de precios son de sobra conocidos: estallido de la burbuja inmobiliaria, crisis económica, sueldos más bajos, falta de acceso a crédito, exceso de demanda… También los compradores conocen la realidad del mercado. Siguen las tendencias, negocian el precio y comparan mucho más antes de embarcarse en la venta de un piso.
Motivos de venta
Antes de pensar que al vender una vivienda nos estamos equivocando, debemos identificar el motivo por el que vendemos. Entre particulares, los motivos más frecuentes son:
- Necesidad: cada vez más personas necesitan vender por no poder hacer frente a los pagos de la hipoteca, porque necesitan el dinero para otros asuntos o porque su casa les genera unos gastos que ya no se pueden permitir. En este caso, tienen que vender. No se pueden permitir no hacerlo, y cuánto más tarden en vender más acuciante será esa necesidad, lo que puede llevarles a vender muy por debajo del precio actual del mercado. Las prisas son malas consejeras y una venta a tiempo es una solución, mientras que una venta tardía puede acabar siendo un quebradero de cabeza.
- Cambiar a mejor: hay quien, por ejemplo, tiene la hipoteca pagada y algún ahorro y busca un lugar mejor, la casa que siempre ha querido o una más grande. Para poder cumplir ese deseo, antes tienen o quieren vender su vivienda actual. En este caso puede parecer que no hay prisa, pero volvemos a la misma situación: cuanto más se tarde en vender, más habrán bajado los precios. Lo que más compensa es poner a la venta la vivienda a la vez que se busca una buena oportunidad de compra.
- Herencias: que varios hermanos reciban una vivienda en herencia es bastante habitual. Y que haya diferencias de opinión en cuanto a qué hacer con ella también. Si ninguno de ellos quiere comprarla, lo más habitual es venderla. Hay quien opta por un alquiler pero la venta resuelve las discrepancias mucho antes y evita que vuelvan a surgir con el tiempo. En este caso, también se suele optar por vender rápido, pues una vez se llega a un acuerdo, se suele preferir llevarlo a cabo. Pocas se veces se decide esperar a una mejor situación, pues nadie sabe realmente que va a ocurrir en un futuro y tener la casa cerrada ocasiona gastos.
¿Vender o no vender?
Está claro, que poca gente decide vender una vivienda “porque sí” o sin motivos. Vender una casa es una decisión importante, que suele obedecer a necesidades o motivos ineludibles. Por ello no se trata de si es un buen contexto o no para vender, se trata de qué necesita cada persona, de sus circunstancias. No hablamos de acciones o bonos de estado, hablamos de poder pagar o no una hipoteca, de tener una habitación más, de firmar la paz con nuestra familia. Quizá el precio al que vendemos no es al que compramos o lo que les costó a nuestros padres, pero no solucionar nuestros problemas a tiempo también puede generar deudas, conflictos de intereses o retrasos en la solución que ahora mismo tenemos al alcance de nuestra manos.
Igual que a la hora de comprar una casa, venderla debe responder más a nuestra situación personal y a nuestras necesidades que al contexto externo, a menudo impredecible.
Para más trucos y consejos, DESCÁRGATE nuestra Guía para Vender tu Casa Hoy .